9.6.08

Fiebre (recitado) fragmento

No dejes que entre madre, que me están taladrando
los huesos con martillos pesados y candentes.
La sangre se amotina en mis sienes, temblando
están todas mis venas ¡madre! ¡no quiero que entre!

Ante mi vista turbia circundada de sangre
desfilan procesiones de monstruos invencibles,
mis nervios no tensionan mi corazón exangüe,
y estoy bajo la garra de un reptil invisible.

Mi cerebro es extraño, volcaniza mi mente
junto a mí la gran sombra de la muerte sondea,
siento madre su frío que traspasa mi frente
cierra pronto esa puerta ¡no quiero que él me vea!

.....

Así ya va calmando el gran oleaje humano
la tempestad se aplaca y se divisa el puerto
qué inmenso y qué profundo es el mundo, océano
soberbia tumba helada para quienes han muerto

.....

¿Va cediendo la fiebre? ¿No ves como amanece?
¡Qué grandioso y sublime despertar de alborada!
El volcán de mis venas despacio languidece
¡el Dios de las alturas me besa esta jornada!

Descorred las cortinas que quiero saturarme
del fresco olor a hierba que trae la primavera
¡Tráiganme diez almohadas! deseo incorporarme
¿ a ver si en la ventana trepó la enredadera?

.....

dolores, abril de 1928

2 comentarios:

Silvia dijo...

Y? Me la tiene muy abandonada a Betina

Anónimo dijo...

prometo el próximo fin de semana actualizar. ¡saludos!